sábado, 17 de diciembre de 2011

A nadie le importa

Endúlzate
Ponte de alcohol hasta las cejas y después rómpete la crisma contra el suelo. Total, a nadie le importa. No levantes hoy las persianas. Quédate ya para siempre solo, en medio de esa penumbra húmeda y polvorienta que carcome poco a poco tus ideas y te arranca las ganas. Total, a nadie le importa. Llora. Llora hasta no sentir los ojos y cuando las lágrimas se agoten práctica una suerte de gimoteo febril que despierte a los vecinos. Total, a nadie le importa. Súbete a la torre más alta y arrójate al vacío. Déjate seducir por el enigmático aroma de la muerte. Tal vez entre sus brazos ya no temas nada y puedas vivir una muerte sin mentiras. Total, ¿a quién le importa?