miércoles, 21 de octubre de 2015

Alguien

¿Dime,
Dime qué te ocurre?
¿Por qué?
¿Por qué estás tan lastimado?
Parece,
Pero solo parece.
Yo también estoy en el lado oscuro
O estuve
No lo sé
Pero
No importa,
No importa nada
De veras, chico
Por favor
Creeme
No importa nada
Absolutamente nada
Si coges mi mano
Si mi mano
Va tras de ti
Y la tuya
Tras de mi
Y si tú no puedes
Intentaré poder yo por ti
 Y si yo
Desfallezco
Intenta responder tú por mi
Tantas veces me dijeron
Quizá tantos consejos
No sean buenos
Yo quiero vivir
Por favor
Te lo pido
Aún blasfemando
En la iglesia
A un Dios
Sin sacrificio
Bajo el ángle caído
Al que mis lágrimas
Por ti
Te bañan de agua bendita
Y allí estaré
Siempre
Para ti
Y si fallo
No pido que me perdones
Solo que yo también
Estoy en el lado oscuro
Sonríe
Me digo
Al menos
Sonríe
Intenta
Intentemos salir 

A mi hijo y a ti

Dicen que soy mala
Muy mala
Pues cada mes
Pasan quince días
Ganándome el pan
Sin el sudor de mi frente
Y los otros quince castigada
En un infierno
Difícil de explicar
Inefable
Como los poetas místicos
O un más allá
No
No
No,
Digo la verdad
De casi niña
Con faldas
Y a lo loco
Un ministro
Medio Luna
Quiso mi capricho
Encaprichado de mi
Pero no se atrevió
A contar las estrellas
Por si pecaba de ingenuidad
O confundía los números
En mi ignorancia
De los astros de luz
En cada amanecer
Ahora
A mis treinta
Siempre recuerdo
Mis dos vínculos
Maduro
Niño
Ambos parecen rotos
¿Parchearlos?
¿Coserlos?
¿Hechizos eternos?
Sufro
Con cada rayo de Sol
Que me recuerda
Y sola
En mi soledad
Le pido a Dios
Sin rechistar

jueves, 1 de octubre de 2015

MATÍLDE

-Oye, papá. Matilde lleva tilde.
- Sí, hijo más el "Ma"

Bruja

Y....

Lluvia de estrellas
¿Qué puedo decir?
¿Puedo soltar
Mi voz
De chica desbocada
A un cielo
Que parece
No escuchar?
Incapaz de comprender
Ni él
Ni yo
¿Incapaz?
Creo que no
Te escuché reir
Te vi llorar
Quisiste abrazarme
Pensé
Por un momento
Pensé
Que había otra oportunidad
Y no solo para mi
¿Puedo rozar las estrellas
Con mis dedos dañados
Y fuertes
Para que me aporten
La poca luz que me arrebataron?
¿Puedo...
Puedo decirte
Puedo...
Puedo contarte...?
Mientras un gato y una gata
Hacen el amor
Aquí
Tan cerca de nosotros
Callando sus gemidos
Por un monstruo
Que se supone
Recoge el mal
Y
Que mientras
Echa sus deshechos
A un camión temprano
Ellos llegan a un orgasmo de amor
Acaba de finalizar
La canción
Pero sigue
¿Puedo...
Puedo decirte
Que lo mismo siento yo?
Y no
No lo creas
Niño soberbio
Niño que quieres
Y anhelas
Comerte un mundo
Que solo te provocará
Una buena indigestión
La boca
Se va haciendo
Cada vez más grande
Con los años
Y puede más
¿Fuí tonta?
¿Acaso es que soy tonta?
No
Solo disimulé
Como esa falda al vuelo
Envuelta de laca
Que nunca echa a volar
Pero pájaros
Somos tú y yo
No me importa
Si acabas
De salir del nido
Y no me importa
Y sabes
Creo que sabes
Que aquí sigo
Y aquí seguiré
Iluminando
Con el farol de mis ojos
Tus noches más oscuras
Como algo
Ilumina las mías
Y así
Respirar
Respirar
Y decir
Nunca jamás
Y por siempre sea
Sin nadie que se entrometa
Sin nigún entrometido
Más allá
De tus entrañas
Y no hay que poner
Ninguna mano helada
A invitados
Que son bienvenidos
A quien ha de volver
Y tal vez
O por supuesto
Me equivoqué
Y creo
Que ya sabes
Creo que sabes
Que siempre estaré ahí
Un círculo
Que no se puede cerrar
Un laberinto
Del que saldremos
Tú y yo
Solo toca mi mano
Con la tuya
Niño
Muy niño aún
¿Puedes comprender
Todo esto?
Y no seas soberbio.

jueves, 24 de septiembre de 2015

La madeja de hilo que deshizo el gato

CAPÍTULO 1


En la casita que está frente a tu casa vivo yo. Sé que la mía es una casa pequeña, que no pertenece a ningún edificio (el tuyo sé que tiene tres plantas). Si te has fijado, si alguna vez me has visto caminar sola por el paseo de los cedros, inmutable por ir soñando despierta y si en, algún momento has sentido la necesidad de perseguirme para saber algo más de mi, te habrás dado cuenta de que suelo volver a mi casa y solo me entretengo en comprar algún pequeño capricho, muy pequeño en la tienda de variedades de Conchita. Sí, esa mujer ancha y mayor que sé que desea afluencia pero también sentarse en su silla cuando nadie entra en su tienda para así descansar su edad.

Mi padre construyó el tejado rojo de mi casa, con mucho afán, perseverancia y sufrimiento. Arregló con ladrillos la parte de casa que no estaba construida y hasta plantó semillas de melocotoneros, naranjos y almendros. A parte de petunias, rosas y jazmines. Y no solo para abastecernos de los frutos sino para que tuviéramos unas buenas vistas a través de los ventanucos y mis hermanos pequeños pudieran corretear por allí maravillados por el paisaje y el aroma de las flores.

Mi padre trabajaba todo el día en la mina y solía tener problemas de conjutivitis, a veces, muy agudas que finalmente le dejaron ciego. Mi madre, todas las mañanas, iba a la puerta de la iglesia a pedir la poca comida que le daban para cinco personas, las cinco de las que se componía la familia. En Navidad se estiraban un poco más y nos daban turrones y licor. Los más pequeños iban al colegio y llegaban deseosos de la sopa de pan y un par de ciruelas de postre. Mi madre solo tomaba te y había incluso días que no comía nada. Quizá por eso era tan delgada aunque,  pesar de su mala alimentación, siempre fue muy bella.

Pintaron las paredes de blanco y empezamos a tener gallinas en un corral de la parte de atrás de mi casa. Yo lo limpiaba y recogía los huevos, ayudaba a mi madre en la cocina y salía a pasear.

El cielo en Irlanda era opaco y cerrado hasta por la noche. Sobretodo en Invierno donde nuestra única calefacción eran unas mantas por encima de las piernas. No sé si te habrás fijado en mi pero si lo has hecho, quizá ya sepas todas estas cosas.

Ya tenía quince años por lo que mis padres decidieron ponerme a trabajar. Lo más fácil era en una fábrica, seguramente textil. Todo estaba lleno de fábricas... pero yo odiaba el olor que emanaban las chimeneas, sentía que iba a ser demasiado monótono y aburrido... no estaba segura de si podría hacerlo. Al fin y al cabo, no tenía ni idea de coser ni a máquina ni a mano pero sí sabía cocinar y limpiar por eso, por seguridad ante una inseguridad menor les planteé la posibilidad de entrar a una casa a servir a lo que ellos, gracias a Dios, accedieron respetando mi preferiencia.

Micros humorísticos


En el parque

- Mamá, la pelota tiene vida.
- No puede tener vida, hijo. Es un objeto inanimado.
- Pues será que se ha animado.


Despertares con estres

Aquella mañana el despertador se adelantó veinte minutos. Intenté darme prisa para que el niño no llegara tarde al colegio. Ducha, vestirle, desayuno... ya histérica busqué una ropa adecuada que ponerme pero no supe cual, así que chillé: ¡Pero que coño me pongo hoy! A lo que mi hijo de tres años entró en mi dormitorio y me preguntó: Ah, mamá ¿Es que también tienes muchos coños?

Humanos

- Mamá cuando hablo, a veces, me equivoco.
- Bueno, hijo. Es que el que tiene boca se equivoca.
- Ya, pero es que también meto la pata.
- No te preocupes, errar es humano.
- Sí, pero también repito los mismos errores.
- No le des más vueltas. El ser humano tropieza más de dos veces con la misma piedra.
- Ah, jolín, mamá. Pues mira que yo pensaba que era extraterrestre.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Siglos de bondad


La aventura de mi vida ha sido toda mi vida. Y lo seguirá siendo por los siglos de los siglos y amén. Aunque no soy cristiana pero sí creyente y cuando renazca de nuevo seguirá siendo una aventura. La de aquella que peca de ignorante bajo un Sol de purpurina que hace lucir aún más su falda floreada y enfoca un entrelazar de manos, las que, en ese momento la acompañan en su viaje restando el peligro evidente de quien sufre de bondad. También he estado sola, bajo techos de paso, con humedades y grietas amenazantes ante lo que estaba por venir. Acariciando ya mi prominente vientre busqué un techo de vigas en la buhardilla de juguete. Luego viví entre música de aquel que me llevó a su lugar secreto donde un techo con telarañas me avisó que podía ser atrapada y corrí para llegar a otro lleno de luces al que lancé la mía.

He vivido bajo muchos techos pero cuando viví sin él comprendí cual era mi verdadera aventura y aunque sé cual es aún está por llegar. Las estrellas me lo indicaron como brújula en el bosque mientras te envuelve la más oscura noche.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

La madre que hubiera querido (necesito divertirme)

Llegué tarde a casa
Como tantas otras veces
Después de tomar
Una cerveza tras otra
Dormí por el día
Y salí por la noche
Sola
Con algún acompañante
Desconocido
Bailé bajo
La luz de la Luna
Y llegué tarde a casa
Agotada y feliz
Mi madre
Permanecía despierta
Me dijo:
- ¡Pero, chica!
¿Cuándo piensas sentar la cabeza?
Y yo le dije:
- Mamá, tu y yo
Somos unas desgraciadas
Después de tantos días grises
Y aún
Viviendo en la oscuridad
Lo que tenemos que hacer
Es divertirnos
Quizá pueda parecer peligroso
Pero
Ante tanto sufrimiento
Quizá las peligrosas
Seamos nosotras
Porque después de jornadas
Continuas sin parar
Durante años y más años
Y después de sentir alejarse
Aquello a lo que más quieres
Una mueca extraña
Una burla
Cuando le ofreciste
Lo mejor de tu vida
Tan solo el amor que nos teníamos
Tan solo
Y ya es muchísimo
Después de todo eso
Yo solo quiero divertirme
Fui a un médico de pago
Y me dijo
Que no existían
Medicinas para mi dolor
que solo tenía que hacer
Lo que quisiera
Reír, divertirme
Y llorar un mar
Para ahogar la tristeza
 Por eso te digo, madre
Que no te preocupes más
Si llego de madrugada
Si me largo un día
O dos
Con un chico de mala reputación
Por eso te digo, madre
Que tanto tú como yo
Debemos divertirnos
El camino correcto
Nadie lo marca
Ni tú, ni nadie
Y aún así
Sé que no me entenderás
Tuve dos amigos
Bailé y reí
Pero se esfumaron
Como una estrella fugaz
Y pedí mi deseo
Estuve con un hombre gris
Al que solía hacer reír
Para mi
Aquello
Ya era bastante
Pero le perdí
Y sufrí
Y pedí mi deseo
Dios
Si es que
En algún lugar está
Creo que dijo
Espera
Lo mejor está por venir
Espera y no desesperes
Pues la espera
Puede ser larga
Y sigo esperando
Vinieron cosas buenas
Que se marcharon con su maleta
Y sigo esperando lo mejor
O al menos
Un consuelo sincero
Después de la tormenta
Suele salir el Sol
Pero después de un diluvio
Creo que me veo de lleno
Metida en la diversión
Le dije a mi padre
- No puedo cuidarte.
Nadie ha cuidado de mi jamás
Le dije a mi chico:
- ¿Quién te va a querer?
Cunado quien más le quería era yo
Tanto él como mi padre
Persiguen mis pasos
Uno lejos
Muy lejos
Y el otro
Aquí al lado
Los llevo
Y digo
Y sigo diciendo
Oye,
Ya sufrí bastante
Ahora,
Solo quiero divertirme.

sábado, 29 de agosto de 2015

Micros

Flores y mala hierba

Por donde piso crece mala hierba pero cuando piso mala hierba, en su lugar, crecen preciosas flores /????



Difilcutades (¿solo?)


Me cuesta, me cuesta y me cuesta. Y ¿Cómo subo yo esta cuesta con tacones y mini-falda corriendo tanto el aire?

Dibujos que quiero compartir con vosotros

Chica rara

Siempre ella

Lluvia

miércoles, 12 de agosto de 2015

lunes, 20 de julio de 2015

Una verdad que no es más que cuento

Los hombres solo quieren vivir como señores, los jóvenes como señoritos pero las niñas ya no quieren ser princesas en busca de su príncipe azul ni mucho menos las mujeres quieren ser sirvientas.

Aprendí a no echar margaritas a los cerdos.





No arranques pétalos de rosa para regalarlos, ellos no lo verán y ellas con su tallo sabrán.

Como escribir relatos para principiantes.


Hola a todos, aquí os dejo un texto o, más bien, un ensayo donde doy pequeñas nociones de cómo escribir un buen relato. Normalmente todo artista lo es pero, de momento, hay que pulirse, es decir, utilizar técnicas que según dicen dan más calidad a nuestros relatos. Deseo, de verdad, que os sirva y sea entretenida y productiva su lectura. Un abrazo a todos.
 
 
CÓMO ESCRIBIR UN RELATO (PARA PERSONAS PRINCIPIANTES)

Empezando
 

Este ensayo está dedicado a todos aquellos que tengan el deseo de escribir.

El hombre, por naturaleza o por aprendizaje en un mundo que le frustra tiende a deprimirse o a caer en picado en muchas ocasiones y suele optar por destruir ya sea a personas, animales, su hábitat natural y, a su vez,  a el de ellos mismos. Por eso si tú, has tomado la valiente decisión de crear escribiendo, quiero que sepas que estoy de tu parte y te enseñaré desde lo más fácil hasta cosas más complejas.

 

A veces, a muchos, o quizá tú a ti mismo te has preguntado ¿Por qué quiero escribir? O mejor aún ¿Por qué siento el deseo de escribir? Tantos motivos hay: existen personas que lo llevan en la sangre, como una milagrosa “enfermedad”, quizá la vacuna que jamás se ha descubierto: la vacuna para curar el mal de amores. Otros de tanto leer sienten la necesidad también ellos de expresarse mejor, peor o igual que los autores que les acompañan. Puede ser vocación o un exceso de imaginación bien encauzada, mejor que irse por otros derroteros, atrapan esa angustia o pena o rabia en forma de palabras, frases e historias

 

Aquí nos centraremos en el relato. Y tú te preguntarás ¿Cómo hacerlo? Pues cada maestrillo tiene su librillo pero de manera más práctica empezaré por enseñarte lo más básico.

 

Todo relato tiene un comienzo, un nudo, un desenlace y un final. Esto es :

 

-          Comienzo: aquí se presentan los personajes principales del relato. El más importante desde luego es el protagonista. Puede haber personajes secundarios (su novia, su madre, hija, amiga…) pero cuantos menos mejor. Se hará una breve descripción de los personajes que puede ser física, psíquica o situacional. En este sentido puedes ser explícito o implícito. Es decir, que si eres explícito lo describirás tal cual.

Ejemplo: “ Pedro era enjuto, con los ojos redondos y brillantes como dos soles y unos labios tan carnosos y rojos que cualquier mujer se los desayunaría confundiéndolos con cerezas” (como apreciarás aquí se han utilizado símiles y metáforas, muy valiosos a la hora de crear un relato). Pero también puedes ser explícito. No utilizar descripciones sino presentar al personaje o personajes por lo que hacen o por sus gestos entre otras cosas.

 

Ejemplo: “María tenía que decidir si aquel candidato daba la talla como para un puesto de administrador de Banco. Se acarició la barbilla con el dedo índice y pulgar de la mano derecha mirándole. Finalmente, levantó las cejas y le dio el contrato que tan celosamente guardado tenía en el cajón de la mesa de su despacho para que lo firmara.”

 

A parte en algunos relatos existe un antagonista, es decir, un personaje opuesto al protagonista en la forma de ser o incluso físicamente. El texto puede resultar mucho más atrayente si incluyes un antagonista (mejor del mismo sexo)

 

Vayamos, ahora, con el desarrollo del relato: supone como se desarrollan los hechos dentro del mismo. El principio lleva a un nudo (conflicto). El conflicto es muy importante pues nos aporta la acción y el enganche al lector. En todo relato tiene que haber acción, que siempre va a continuación del comienzo o presentación de personajes. En la novela ocurre igual, solo que en esta el escritor puede entretenerse más en detalles o imágenes. El relato, por así decirlo, es ahorrativo. Mucho más un micro-cuento. En estos no debe sobrar ni una sola palabra para que tenga calidad. En los relatos no debe haber “paja” ni nada que nos despiste, todo ha de ser coherente, como una madeja con la que tejemos un suéter. Por muy bonito o poético que algo nos haya quedado sino concuerda con el relato, aunque nos duela habrá que eliminarlo. Esto viene bien para además añadir que es muy importante leer el relato una y otra vez para descubrir fallos o imperfecciones que pueden restar calidad al texto.

 

El desenlace es la solución del conflicto y el final, simplemente, como terminan los hechos del relato.

 

Por otro lado, también está lo que es llamado clímax. El clímax se debe incluir antes del desenlace y es el momento álgido del relato en el que no se sabe qué va a pasar por lo que debe generar tensión y expectación en el lector. Una vez esto conseguido el desenlace resolverá la historia que terminará con el final. Los finales pueden ser abiertos o cerrados:

 

-          Abiertos: son desconcertantes pues dan lugar a varia conclusiones e interpretaciones según el lector y no terminan de dejar claro lo que ha ocurrido. Suelen ser muy atrayentes y dejar hasta huella en la mente de quien lo lee.

 

-          Cerrados: Claramente se sabe qué ha pasado.

 

De todos modos un buen final debe ser lógico pero inesperado.

 

Tipos de narrador.

 

Los más importantes y fáciles de manejar para la gente que empieza son:

-          Narrador omnisciente: Dios es omnipresente, omnisciente y omnipotente. Es decir, que todo lo sabe, todo lo puede y todo lo ve porque está en todas partes. Pues igual es este tipo de narrador. Sabe todo a cerca de sus personajes por lo que puede describirlos o narrar sus acciones (está en todas partes) sin que en ningún momento se cree ninguna incoherencia en el texto. El sentido omnipotente quiere decir que maneja a sus personajes a su antojo (un poco como el famoso director Alfred Hitchcock, solo que este manejaba a sus actores como a muñecos o protagonistas de un videojuego)

-          Narrador en primera persona: el protagonista narra su historia según su punto de vista: lo que siente, lo que vive, lo que ve. Es un punto de vista, entonces, subjetivo, todo lo contrario que el narrador omnisciente cuyo punto de vista es objetivo.

 

En el tema del estilo, tono y ritmo decir que deben permanecer idénticos durante todo el relato.

 

En el estilo puede haber influencias de otros autores pero nunca se puede pasar de un estilo a otro. Por ejemplo: de poético a siniestro aunque quiera conseguirse algún contraste o imagen* no es lo más acertado.

 

El tono debe permanecer siempre, también fiel en el relato. Puede ser sobrio, humorístico, serio, simpático…. Porque si no fuera así podríamos compararlo con una guitarra con dos cuerdas desafinadas o una cantante cuya forma de cantar no se adecúa al sonido en la totalidad de la canción. Hablando del ritmo, lo importante es que no decaiga. El ritmo llena el texto de gracia y de ganas, motivación y arranque para seguir leyéndolo hasta el final. Es como la gasolina que enciende el motor y el coche no para hasta llegar a su destino. Esto, el verdadero artista, lo hace de manera intuitiva aunque también existen piedras en bruto que después de limarlas con la técnica se convierten en piedras preciosas.

 

Por último diré que no hay que forzar maneras (rituales absurdos como encender velas, poner inciensos o comprarse agendas preciosas). Si te sirve esto, no tengo nada en contra, pero la verdadera inspiración puede surgir en cualquier lugar (mientras cocinas, en el metro, en un bar tomándote un café junto a una amiga, hablando por teléfono en el trabajo) Por eso creo que no hacen falta parafernalias. A veces hasta es bienvenido un pedazo de papel higiénico. Cada uno descubrirá de qué manera le surge esa inspiración. De sus enamorados, cuestión del día a día, las cosas bellas, experiencias personales, sueños, los propios libros, fantasías…

 

Último consejo: llevar siempre agendas y bolis en el bolso (mejor que el papel higiénico), en el bolso o en los bolsillos. Uno nunca sabe cuando pueden acudir las musas y de una frase se puede escribir un relato extraordinario)

 

 

·         Imagen tanto puede ser hacer una descripción muy visualizable. Ejemplo: “tras lastimarse el dedo el niño derramó sangre en la nieve de aquella fría navidad” u como adelanto a lo que va a pasar (la relación de dos personas va mal porque él quiere dañar a ella aunque lo disimula bien). Un día en que ella se queda sola en la casa de él se queda inmersa mirando uno de sus cuadros. Se trata de “El beso” de Gustav Klimt)

 

Estaba agotada pero ahora estoy agotadita
 

domingo, 19 de julio de 2015

Claramente... no sé tu nombre.

Ultimamente mi vida es aburrida como esas lecciones de clase en las que me dedico a dibujar corazones, de todos los colores, en mi cuaderno. Además, tienen dos flechas y a cada lado, tu nombre y el mío. El tuyo inspirado, desayunado entre ensoñaciones o para ser sincera inventado. También aparece el mío, aunque me hubiera gustado otro, y yo no sé si ambos irán a algún lado. Me echas una mirada furtiva desde tu mesa y tu compañero sonríe al notarme inquieta. Se acerca el profesor, sé que va a preguntarme por las frases "¿Compuestas, adjetivos, artículos, preposiciones, sujeto o predicado?" y me dan ganas de decirle "perdone, en mis frases solo existen dos palabras para mi, mini-frases, no sé... como mini es mi falda y también yo. Son sustantivos propios, uno a cada lado de mis corazones" Y me imagino que me hace mil honores arrodillándose como ante Nefertiti o Cleopatra aunque no me baño con leche ni he vivido en pirámides de extraterestres. Luego sigo las suelas de goma de tus zapatos que parecen sobrevolar sobre el asfalto. Y casi me pilla un coche al gritar tu nombre. Pero no te has dado ni media vuelta. Es que el semáforo estaba en rojo, como rojos serán los números sobre mis exámenes y miles de correciones por fallos que son tu nombre en mi corazón y en mis ojos, cuando pestañeo, pestañas-rejas de pupilas azules enamoradas. Y no me dices nada. Me aprendo el tema: sujeto, predicado, artículo indefinido como lo serán en el futuro mis contratos de empleo precario y barato porque fallo en Lengua pero solo en la de los libros del instituto pues en la de tu boca podría ser un mundo, un estallido silenciado, bocados de ternura a tu lado y a mi lado, dulce amargo con amargura dulce.

Anoche pensé: - ¿Seré idiota? Si ni siquiera sé su nombre. Me levanto sudando. Llevo mucho tiempo esperando. En la calle están cantando. Me asomo un poco y veo su pelo largo oscuro como un mal momento y sus pequeños ojos chispeantes como decisión admitida en la canción que ahora adorna mi noche en sueños despiertos que casi me cortan el aliento. Y entonces, creo, y entonces pienso: - Llevo mucho tiempo esperando así que, como a nadie le amarga un dulce te daré mi dulzura para amargarte.

lunes, 13 de julio de 2015

A P.

Existen molinos de viento. Molinos de viento por todas partes y no solo en Castilla. Y no solo en esa Castilla.

Mi amigo Pablo leyó "El Quijote" en la cárcel y fue allí donde perdió el norte. Entonces decidió tatuarse en el brazo un escrito japonés, que, según él, quería decir: Norte, Sur, Este y Oeste y yo pensé... pues no te vayas al Norte porque lo has perdido, ni al Este porque tampoco con este, ni al Oeste que es por donde se pone el Sol y entonces solo habrá oscuridad en tu corazón. Mejor al Sur donde se viste gracia y amor verdadero y las aspas, como las de un ventilador no coratarán tus dedos si es que no te cortas en luchar contra molinos de viento. Pero no quiero ser Sancho Panza y vivir una psicosis compartida, ni tampoco a la deriva. Castilla está hechizada por un demonio, como los que están ahí arriba y quizá todos andemos medio locos o con esa venda que nos hace caminar como sonámbulos para no saber esa verdad que duele, que duele como un caso perdido pero que no es el mío ni el de mi amigo. Quizá todos andemos medio locos como nuestro cotizado Don Quijote pues en la sombra o a la luz luchamos contra esos monstruos que, en la noche, atacan y asustan hasta a los más niños. Sin escrúpulos, sin dignidad y digno eres tú, amigo, Pablo. Al menos de mi amistad porque yo también leí "El Quijote" y perdí el norte, a medias, solo, tal vez y no fue en la cárcel aunque encadenada me he visto bastantes veces. Yo perdí el norte sentada en mi sillita de mimbre, de muy niña, con gritos y peleas de fondo. Sí, solo tenía cuatro años.

Y tanta dulzura dedicada a un pobre diablo, ángle caído ensalzado. Monumento en Madrid, Turín y Roma puede dar lugar a un tiempo seco, sed de sal, de desparpajo, diversión y excesos pero no es eso. El Universo se revolverá pero no, no habrá otro Big-Bang ni tampoco el Diluvio Universal pues Dios parece haberse quedado muy atrás. Solo las aspas de esos monstruos-molinos no podrán parar de dar vueltas y perderán la cuenta y ya no sabrán ni sumar y entonces lloverán lágrimas y alegrías de ángeles buenos, caídos también pero en lo cierto y nos alimentarán de su sabiduría calmando nuestra sed. Renacer ante una, dos, tres, mil el mundo entero a nuestros pies. El mundo entero de los que ellos son testigos, de los que todos somos testigos y mientras una anciana aprieta un rosario arrodillada frente a Jesucristo yo blasfemo contra él en plena iglesia. Mareo los molinos, nosotros mareamos los molinos al igual que ellos intentan, convencen tergiversando y nunca llegan a nigún lado. Y desaparecerán los tribunales, los malos bares, los centros de in-salud mental porque para menta ya tengo mis caramelos. Quemaremos hasta los camiones de bomberos porque no apagan ningún fuego y, ni mucho menos, el que es cuestión de pasión.

Y, al final de este cuento, que cuenta mucho pero no es cuento. Tú y yo, y tantos, tantos otros que luchamos contra molinos de viento por leer novelas de caballerías u otras tonterías, obsesiones compulsivas sin remedio, cura ni culpa y, en el fondo, puede ser un sí o un no, un no te preocupes, nos volveremos a ver si está de Dios, de la vida, del amor o des-amor. Deshoja la margarita maldito, deshojo la margarita, maldito. Da un sí por respuesta, quizá trucada, como la propia vida, los dados no los lanzabas tú. La vida puede acercarnos o alejarnos en la lucha, esta vez juntos, contra esas manos cuyos dedos son afilados, cuchillos desesperados en pesadilla eterna que quieren contagiarnos.

viernes, 10 de julio de 2015

La condena de las horas

Hora maldita. Maldito diablo
Hay una mujer que siempre a las seis de la mañana está en la estación. Es bajita y redonda, como la Luna en persona que suele marcharse a esas horas para que llegue ella, esa mujer, de párpados caídos por somnolencia o tristeza, eso no lo sé. Ella, entonces ilumina u oscurece o ambas cosas, ese lugar de paso como lo es la propia vida. Ese lugar de viajeros, pasajeros sentados pensando, escribiendo, hablando, leyendo, disfrutando un buen tema como pasajera es la vida que nos lleva a otro destino si hemos cumplido el nuestro o al mismo si hemos tropezado demasiadas veces. Perdedores empedernidos como el humo del tabaco que nos envejece sin llegar, como las páginas de los libros antiguos que se vuelven a editar como ese techo amarillo que hay que pintar. Siempre queda otra oportunidad. Pienso que, quizá en algún momento, tuvo una cita con alguien a esa hora. ¿Su amado? o ¿Tan solo un pequeño diablo? Parece esperar, inquieta. Da vueltas, como el reloj que sobre nuestras cabezas, incesante en su condena, como burro de noria, marca un minuto tras otro, segundos… Cruzamos miradas. No me dice ni la digo nada. Veo que habla en voz baja. Susurros, secretos que seguramente solo escuchará el viento que es quien trae y se lleva el amor. El aire, oxígeno que respiramos y que gracias, gracias a quien quiera que sea podemos decidir de que color teñir. Noto que le duele la piel o quizá solo es que se acaricie, se pellizce y se de un manotazo pensando que es él, el de la seis de la mañana en la estación. Y yo pienso “no te preocupes. Puede que fuera un loco, un borracho, un hombre que te cobre caros los recados, un señorito que no se cambia de ropa interior, un hombre con buen sueldo pero muy feo o un pobre huérfano buscando una mamá” y yo intento decirla “no esperes más” e intento decirme a mi misma “ni tú te preocupes por quien no te debes preocupar”. Pero ella sigue ahí. Todas las mañanas me la encuentro a las seis.
Un día, a esa misma hora se lió a pedradas contra el reloj de la estación. La policia la acusó por desarme público y ella dijo que como los armados eran ellos no podía hacer más. Así que se quedó desarmada por amor (o eso creo por lo que despues pude escuchar de la gente que lo vio) “él está preso pero nadie se lo quiere decir. Él es conocido en todo el pueblo. Sí, ese delgadito que solía ir con gafas de sol”. Mientras la metían en el coche recogí todas las colillas que tiradas dejó y en el suelo, junto a los torniquetes y el destrozado reloj dibuje un corazón. Las campanas de la iglesia de la plaza dieron las siete y, a lo lejos, en carretera, asfalto difuminado por la niebla chillé ¡vuelve mañana a las siete, quizá pueda arreglarse tu corazón!

miércoles, 24 de junio de 2015

Un bocado de ternura

Y hace ya un día
Que no pruebo bocado
En los bolsillos
Solo algunos céntimos
Tan escasos
Como mi alegría
Y no es
Ninguna tontería
E intento disimular
Esta penita
Esta penita
Que me persigue
Con risas
Que son de mentira
Como el cómico
Mejor domesticado
Que en su vida privada
Siempre da un no
Por respuesta
Y apuesta
Apuesta por mi
Si es que
Aún puedes
Pues suelo decir sí
Y,
De todos modos
¿A ti qué te importa?
Estoy harta de consejos
Y sigo en los huesos
Consejos
Que me suenan a cuento
Porque llevo tanto
Tanto
Largüísimo cuento
¿Un hechizo
Tal vez?
Y quizá
Tú lo leas
Y quizá no deba
Escribir más....


Poema sin terminar que seguirá

jueves, 11 de junio de 2015

I love boys

La peor enfermedad que existe es el amor y la mejor cura para ello es el amor.
Moraleja: si te deja tu novio échate otro mejor.

No te creas nada de lo que te digo



Dentro de poco amanecerá. Creo que las nubes mostrarán algún sentimiento que nos haga entender algo de la verdad. Tus ojos claros no me lo dejan claro y aunque el cielo, durante el día, también lo es, hoy no miraré las nubes porque quedan muy altas y si salgo a la calle, al menos en este día, iré cabizbaja. Como mucho, daré una vuelta a la manzana o muchas si es que me decido a abrir la nevera para comer algo. Encontré un hueco entre tus brazos pero ya no me haces parte de tu espacio y ni del Espacio ni especial. Solo se que se poco y me sabe también a poco la soledad. Como una calle iluminada a qué importa que hora de la madrugada. Tan sola como la mujer que camina por ella, tan libre como sus pasos que no se ven en el intento, ni obligados a acompasarlos con los de su acompañante y a la vez como dirigida sin ser juguete ni mascota. Quizá él prefiera a otra. Ahora escribe y hace un alto. Entonces mira a través de la ventana y ve un muro con tan solo un ventanuco, tan pequeño y triste como un perrillo abandonado. Y no está bien comprar los secretos ni venderlos. Pecar, peco de bastantes cosas aunque ninguna es pecado. Dudar no es de sabios cuando te consta que él ha tomado otra dirección. No se si se trata de una “enfermedad” precoz como tantas veces lo es un amor que se acaba o ¿es mejor dirigirse al otro a través de gestos? Suelo decir hasta luego con la voz que resuena en cada lugar donde me hacen un sitio. No soy ninguna maltratadora y tú te fuiste corriendo. Más bien un “coge el dinero y corre” en nombre de quien sabe qué o quién y sigo pensando que no son motivos suficientes como para llorarte o tirarle al pobre gato un buen trasto.

La verdadera historia de Heidy

Existen historias. Muchas historias. Tanto en la realidad como en la ficción. Y la ficción es un reflejo, un espejo de la realidad. Además, como muchos dicen, la realidad en miles de ocasines supera la ficción. Volvamos atrás, a nuestra infancia para aquellos que nacimos en los ochenta. Marco, Willie Fog, Los Fruittis, Dartacán y, por supuesto, Heidy que es de quien quiero hablar en estos momentos. ¿Os acordais de Heidy? Sí, aquella niña tan risueña y feliz, con el pelo tan negro como el carbón despuntando hacia algunos lados como estrellas en el cielo. El rostro siempre encendido por su ilusión y felicidad... dos pequeños círculos rojos dando aún más luz a sus ojos grandes y sinceros como soles y por boca una sabrosa cereza o frambuesa o fresa ¡Quémás da ! Porque Heidy, sencillamente, era deliciosa. ¡Qué bonito estar junto a ella! Compartir abrazados esas nubes de algodón sobre las que ella volaba y sobre las que quizá pensaba que eran enormes caballitos de mar descubriéndo el interior de un mar lleno de dulzura, viajando entre seres diversos, a cual más peculiar, a cual más interesante y después bajar y encontrarse con Pedro. Aquel pastorcillo que andaba siempre preocupado por ella por ser una niña, una niña-princesa sin protección y con un hogar que ni siquiera le pertenecía. El abuelito la llamaba "¡Heidy!, ¡Heidy! ¿Dónde estás?" Y ella llamaba a Niebla, amaba a Niebla pero más a Pedro como un príncipe azul de cuento de hadas solo que su cuento no consistía ni mucho menos en algo así. Pero tampoco el de él y ella lo sabía. ¿Os acordais de Heidy? ¿Quereis que os cuente su verdad? Si Heidy hubiera sido un personaje real hubiera sido pasto de paparazzy sin escrúpulos que se hubieran forrado a base de exclusivas en su ingenuidad y fotos robadas. Heidy hubiera acabado escondiéndose tras unas gafas de Sol y un pañuelo sobre el cabello, gabardina y quién sabe qué más.

Heidy, tan solo ella.
Todos sabemos que Heidy era una niña muy desdichada. Vivía sola en las montañas, contaba solo con su abuelito y su amigo Pedro. Heidy, en realidad, no era feliz. Nunca vimos su pasado, porque aunque las tragedias también vendan, lo que interesaba de Heidy era su ilusión, su bondad, generosidad y una voz tan dulce como la de un ángel enamorado. Así que, después de tanto llorar en la azotea, mirando los pájaros cantar a través de la claraboya, y sonándole estos trinos solo a un trino clamando socorro. Tumbando su cabecita en la almohada para dormir, solo dormir y olvidar que no tenía madre ni padre, ni siquiera un amigo (o eso pensaba ella porque Pedro andaba detrás) No pudo hacerlo, asi que decidió ir a la alacena para comer algo. Quizá un pedazo de queso con pan o chocolate junto a leche fresca reciente de las vacas que en la granja descansan sus ojos a los que rondan las moscas y estando allí frente a estantes y cestos de mimbre sobre ellos vio una botella. Primero le llamó la atención por su color, verde... como alguna vez había leído que era la esperanza. Su curiosidad hizo que la cogiera y quiso saber qué aroma desprendía aquel recipiente tan desconocido para ella. Sí, es verdad que no lo conocía pero le gustó y decidió probarlo. "¡Está riquísimo!" Pensó y, sin saber por qué, sonrió así que tomó otro sorbo y otro y otro hasta que casi terminó con más de media botella. Y aquel día fue maravilloso para ella. Se olvidó de que vivía sola en las montañas, compartió muchas risas con Pedro y por fin se sintió feliz cerca de su abuelo tan autoritario y malo aunque nos hicieran creer lo contrario. Y a partir de entonces, Heidy buscaba las botellas de vidrio verde que su abuelo escondía en la alacena y se tumbaba sobre la paja y volaba sobre las nubes y se columpiaba siempre riendo, siempre feliz y jugaba algo disparatada con Niebla y Pedro la besaba en la frente, como a la más pura virgen, porque lo sabía y la quería y Pedro la perseguía y Heidy empezó a vivir en un mundo irreal, de fantasía, donde todo era felicidad. A veces, sentía ganas de llorar, pero solo le bastaba con echar mano otra vez de ese licor para volver a ese estado que ya empezaba a ser natural en ella.

El abuelo, al darse cuenta de lo que ocurría la internó y Heidy allí conoció a Clara. Clara era una niña sensata, muy correcta y hermosa solo que estaba en silla de ruedas, muy triste por ello porque quería correr como todas las demás y saber qué se sentía. Encarcelada en su silla solo anhelaba sentirse libre. Pero Heidy la animaba, la quería, la escuchaba, la hablaba, la sacaba a pasear. ¿Por qué? Porque volvió a encontrar ese licor bajo la cama de una de sus compañeras que no solo guardaba una, ni dos, ni tres, sino hasta cuatro botellas de vino. Y Clara incluso comenzó a caminar gracias a todo el amor que le daba Heidy. Hermoso ¿verdad?

Heidy finalmente se casó con Pedro y Clara tuvo muchos amantes y novios sin durarle ninguno mucho tiempo a pesar de su correción, buen hacer y larga, preciosa y rubia cabellera.

Eran los años ochenta y ya sé que Heidy solo es o era un personaje de ficción pero quizá, y no sé, si para bien o para mal, Hidy se decidiera de una vez a dejar el vino. Muchos también lo harían y les esperaría otro tipo de vida pero ¿qué vida? Y es que no todos somos como ella. No viajamos sobre nubes, ni creemos en príncipes azules, ni podemos conseguir que una chica en silla de ruedas sea capaz de caminar.

Algunos dicen que Dios era alcohólico ¿Acaso es que Heidy era un ángel de Dios? Y vuelvo a repetirlo, la realidad supera la ficción aunque, a veces, la ficción también supera la realidad. Y creo y sé que existen muchas Heidys por ahí. Tal vez bajo tu piso, tal vez la mujer de la frutería que te atiende con una bella sonrisa cuando vas a comprar.

 
La otra imagen de Heidy




Y AÚN CON TODO, SONRÍE

viernes, 8 de mayo de 2015

En la consulta del psicólogo

- Psicólogo: ¿Qué ha hecho usted hoy?
- Paciente: nada
- Psicólogo: sí, bueno. Gracias por el consejo porque el que nada no se ahoga pero no es eso lo que yo le he preguntado.

Micros

MICRO-CAFÉ

Aquel café estaba tan rico que sus lágrimas se ahogaron en una amargura aún mayor.

MICRO-VENTE

Él solo dijo "déjate llevar" y se dejó llevar tanto que terminaron de vacaciones en La Habana cuando ellos, siendo españoles, vivían en Japón.

Duo de poemas

Y SÍ HAY COMPASIÓN

No hay compasión
Para seres
Sin alma
No hay compasión
Para mentes
Desgastadas
No hay compasión
Para corazones rotos
No hay compasión
¿Por qué?
Porque no tienen alma
Porque ya están desgastadas
porque ya están rotos


GANANDO LA PARTIDA

Como nenúfares
Bailando
En el río
Así
Te bailo el agua
A ti
Solo que yo
No soy un nenúfar
El nenúfar
Eres tú.

Ya no hay vuelta atrás



Nunca soy la primera
Ni una Venus
Salida del mar
De pequeña
Siempre era
La última de la fila
Y mi padre
Se deseperaba
Pensando
¿Dónde estará?
Y
A veces
Confío
Aunque no quiero
Confiar
En lo que dijo
Jesucristo
"Los últimos
Serán los primeros..."
Más
En mis sueños
Veo la sombra
De una perdedora
Mientras la farola
Ilumina
Mi persona
Y,
Entonces
Me animo
A caminar


En la acera
De en frente
Vas
Para un lado
En la acera
De en frente
Yo voy para otro
Siguiendo mi camino
Siguiendo el tuyo
Y
Cuando se bifurque
Y no sepas
Qué elegir
Me elegirás a mi
Pues yo
He elegido
El mismo
Por lo que
Nos cruzaremos
Asi que
Espera
Espera
Un poco más
Solo
Un poco más
No serán
Miradas encontradas
Sino el mismo camino
El mismo
Que tú elegiste
El mismo
Que yo elegí
Al pasar.