domingo, 19 de julio de 2015

Claramente... no sé tu nombre.

Ultimamente mi vida es aburrida como esas lecciones de clase en las que me dedico a dibujar corazones, de todos los colores, en mi cuaderno. Además, tienen dos flechas y a cada lado, tu nombre y el mío. El tuyo inspirado, desayunado entre ensoñaciones o para ser sincera inventado. También aparece el mío, aunque me hubiera gustado otro, y yo no sé si ambos irán a algún lado. Me echas una mirada furtiva desde tu mesa y tu compañero sonríe al notarme inquieta. Se acerca el profesor, sé que va a preguntarme por las frases "¿Compuestas, adjetivos, artículos, preposiciones, sujeto o predicado?" y me dan ganas de decirle "perdone, en mis frases solo existen dos palabras para mi, mini-frases, no sé... como mini es mi falda y también yo. Son sustantivos propios, uno a cada lado de mis corazones" Y me imagino que me hace mil honores arrodillándose como ante Nefertiti o Cleopatra aunque no me baño con leche ni he vivido en pirámides de extraterestres. Luego sigo las suelas de goma de tus zapatos que parecen sobrevolar sobre el asfalto. Y casi me pilla un coche al gritar tu nombre. Pero no te has dado ni media vuelta. Es que el semáforo estaba en rojo, como rojos serán los números sobre mis exámenes y miles de correciones por fallos que son tu nombre en mi corazón y en mis ojos, cuando pestañeo, pestañas-rejas de pupilas azules enamoradas. Y no me dices nada. Me aprendo el tema: sujeto, predicado, artículo indefinido como lo serán en el futuro mis contratos de empleo precario y barato porque fallo en Lengua pero solo en la de los libros del instituto pues en la de tu boca podría ser un mundo, un estallido silenciado, bocados de ternura a tu lado y a mi lado, dulce amargo con amargura dulce.

Anoche pensé: - ¿Seré idiota? Si ni siquiera sé su nombre. Me levanto sudando. Llevo mucho tiempo esperando. En la calle están cantando. Me asomo un poco y veo su pelo largo oscuro como un mal momento y sus pequeños ojos chispeantes como decisión admitida en la canción que ahora adorna mi noche en sueños despiertos que casi me cortan el aliento. Y entonces, creo, y entonces pienso: - Llevo mucho tiempo esperando así que, como a nadie le amarga un dulce te daré mi dulzura para amargarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario