jueves, 14 de mayo de 2020

Enajenada felicidad



Tus "te quieros"
Me rondan
Como chinches en el corazón
Tu proximidad me aleja
Tu sonreír me apaga
Tu luz me oscurece
Tu pasión me hiela
Son tus "te quieros"
Que dan en el blanco
De mi venda
Para estar más sujeta
Y nunca
Caerse al suelo
En la casita
Del bosque
Empezó el teatro
Seré feliz
Si no te cansas de engañarme
Me has cubierto
De rosas el pecho
Y me has encandilado
Con esta enajenada felicidad
Y bondad de niños
Acurrucados en un lamento

La crisis de los cuarenta

La crisis de los 40, también llamada "crisis de la mediana edad", es una etapa de nuestra vida delicada y compleja. A esta edad nos replanteamos nuestra vida y podemos sentirnos frustrados si no hemos cumplido con la expectativas impuestas por la sociedad como por ejemplo: formar una familia y tener hijos, realización profesional, tener una carrera universitaria etc.
Normalmente la mujer se preocupa más si no ha tenido hijos o formado una familia. Siente que ha fracasado y que ya es demás tarde. También hace una comparación de los cánones de belleza deseados en la mujer. Entonces se da cuenta de que está envejeciendo. No se siente deseada ni con el mismo entusiasmo que en la juventud. Esto, aunque no en todas las mujeres, les provoca baja autoestima e inseguridad en ellas mismas.
Los hombres, por su parte, piensan si se han desarrollado profesionalmente con éxito.
A los cuarenta, mujeres y hombres se vuelven introspectivos, replanteándose su vida. Hacen un balance de sus logros apareciendo, a veces, el aburrimiento cuando piensan que ya no les queda nada por hacer.
Existen dos tipos de crisis de los cuarenta:

Crisis Circunstancial: aparece a partir de un cambio importante y negativo en la vida por ejemplo: muerte de un familiar, divorcio, síndrome del nido vacío, etc .

Crisis Evolutiva: es la habitual. La persona va pasando por diferentes etapas que debe superar.

La crisis de los cuarenta puede durar días y años dependiendo de cómo se gestionen los afectos. Incluso si el individuo posee una buena red social, que le aporte satisfacción, puede que no la sufra.

La crisis de los cuarenta bien gestionada da como resultado crecimiento personal
 Sin embargo mal gestionada puede desembocar en una psicopatología como ansiedad o depresión.

Cómo afrontar la crisis de los cuarenta? 

  • Proponernos nuevos objetivos a corto, medio o largo plazo. Seremos realistas, no nos fijaremos logros inalcanzables. Nos ilusionaremos con lograr algo que nunca hemos hecho. Con la consecución de la expectativa en nosotros mismos nuestra autoestima mejorará.
  • Buscar soluciones concretas a problemas concretos.
  • Utilizar el sentido del humor. Desdramatizar, no es el principio del fin. Ver cuarenta velas en la tarta nos puede hacer incluso reír.
Uno de los signos más importantes de la crisis de los cuarenta es esa necesidad de volver a ser "jóvenes", es decir, tener nuevamente veinte años. Existen casos de mujeres que buscan un compañero sentimental veinteañero y junto a él viven una segunda adolescencia. Esto puede ser muy positivo pero retarda la madurez en la persona, con la que se logra una estabilidad.
De lo que se trata es de no autoexigencia y ser positivos frente a nuestra nueva edad. Esto se logra aceptándola e interpretándola como un momento para nuevas oportunidades, para cumplir deseos que aún no se han logrado. Evolucionar y madurar. Hemos ganado en experiencias vitales y eso, lejos de hacernos sentir inseguros o insatisfechos, debería generarnos bienestar con nosotros mismos.