lunes, 16 de febrero de 2015

Otra historia



Estaba harto de esperar en la cola del super, del paro, del autobús. El niño le pedía un cola-cao en la mañana, la tarde y la noche y se sentía el hombre mejor recibido cuando regresaba a casa, junto a su hijo, y Candy meneaba la cola y se le subía, con la misma alegría de una niña en su tercer cumpleaños, a las rodillas.

Por otro lado, hacía tiempo que la notaba, la veía, se le cruzaba a menudo.

El colador estaba roto y no había manera de deshacerse de lo que provoca que la leche se caliente demasiado.

Pasó el tiempo. Verano y Otoño. Crujir de hojas bajo los zapatos viejos, Sol en las mejillas que da una pizca de sal a la vida. Durante aquel tiempo él seguía harto a pesar de ver un movimiento de cabellos rubios doblar la esquina o sentir su revoloteo de ojos azules tras su espalda. Así que decidió colarse en el Metro, en la cola del cine aprovechando que era bajito, ¡Ni qué decir si iba con el niño! La compra se abría paso entre despistados y dejó de ir al INEM.

Al terminar el Otoño empezó a salir con aquella mujer. Quizá las cosas fueron demasiado rápido. Ella le dio un buen bofetón y él pensó que le dejaba por lo que los pedacitos de su corazón los tuvo que pegar con cola. Pero ella seguía. Le miraba, le sonreía, acompasaban los pasos y se susurraban lo que no se atrevían a decir en su tono habitual.

Cuando ella se quedó embarazada él insistía. “La llamaremos Cola” y ella le decía “¡Despierta!, se llamará Cupido”. Finalmente Marta fue una niña traviesa, una chica segura y amable y una mujer valiente que logró su lugar en el mundo y a pesar de que a él terminaron diagnosticándole una enfermedad debida a determinadas y varias obsesiones (entre ellas -cola-) sus nietos, mujer e hijos le adoran aunque lleven su espinita, sobre todo al verle llegar a casa y saludar a una Candy inexistente que él cree que sigue recibiéndole igual de contenta aunque ahora, eso sí, desde su camita de mimbre y deliciosos y cómodos cojines que ya hace tiempo su mujer guardó en un armario.