jueves, 11 de junio de 2015

No te creas nada de lo que te digo



Dentro de poco amanecerá. Creo que las nubes mostrarán algún sentimiento que nos haga entender algo de la verdad. Tus ojos claros no me lo dejan claro y aunque el cielo, durante el día, también lo es, hoy no miraré las nubes porque quedan muy altas y si salgo a la calle, al menos en este día, iré cabizbaja. Como mucho, daré una vuelta a la manzana o muchas si es que me decido a abrir la nevera para comer algo. Encontré un hueco entre tus brazos pero ya no me haces parte de tu espacio y ni del Espacio ni especial. Solo se que se poco y me sabe también a poco la soledad. Como una calle iluminada a qué importa que hora de la madrugada. Tan sola como la mujer que camina por ella, tan libre como sus pasos que no se ven en el intento, ni obligados a acompasarlos con los de su acompañante y a la vez como dirigida sin ser juguete ni mascota. Quizá él prefiera a otra. Ahora escribe y hace un alto. Entonces mira a través de la ventana y ve un muro con tan solo un ventanuco, tan pequeño y triste como un perrillo abandonado. Y no está bien comprar los secretos ni venderlos. Pecar, peco de bastantes cosas aunque ninguna es pecado. Dudar no es de sabios cuando te consta que él ha tomado otra dirección. No se si se trata de una “enfermedad” precoz como tantas veces lo es un amor que se acaba o ¿es mejor dirigirse al otro a través de gestos? Suelo decir hasta luego con la voz que resuena en cada lugar donde me hacen un sitio. No soy ninguna maltratadora y tú te fuiste corriendo. Más bien un “coge el dinero y corre” en nombre de quien sabe qué o quién y sigo pensando que no son motivos suficientes como para llorarte o tirarle al pobre gato un buen trasto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario