martes, 27 de diciembre de 2011

Tu ausencia me delata


Tienes mucho sueño, cariño
duerme
Aquí dentro
Burlamos al frío
Con nuestros huesos ensamblados
Como en un collar africano.
Cierra los ojos, cariño
Y descansa
Nada te perturbará
Yo guardaré tu cama
Y espantaré
A los monstruos y espíritus
Que intenten robar
Tus sueños.

Al despertar
Tu ausencia
Me devolverá la cordura
La rutina
Y golpearé ese despertador
Que a pitos intermitentes
Me recuerda
Lo irremediable
De los días


Prepararé
Ese café
Que sabe
A tierra de maceta
Tal vez crezcan flores en mi estómago
Y ya solo me alimentaré de agua y sol
La luz de tus ojos y el agua de tu boca

La enredadera de tu cuerpo
Ya queda lejos
Tragada por las luces de neón
El asfalto donde duerme aquel vagabundo
El que llora su libertad

Ausentes las calles de risas y voces
En esa calma
Tu y yo
Nos besamos
Mientras rumorea la carretera
Chismes de vecinos y puertas.

Ahora el camisón de seda
Está más lacio que nunca
Como una flor marchita
Lánguida su caída
Periódico viejo
Gastado
donde se leen las noticias
De un encuentro
Y una despedida.

Fui princesa de tela
Fui muñeca de carne y hueso
Fui ángel inquieto
Fui madre fuerte
Y mujer valiosa
Pero al despertar no fui más
Que la misma de siempre
Pelo enmarañado
Legañas en los ojos
En esos ojos
Que se rompen
Ante tanta fealdad mundana

Ciega
me visto despacio
Con mi ropa de perdedora

En la ventana
Un pájaro a punto de echar a volar
Y yo
Presa de mi locura
Enjaulada para siempre
en esta cuna de cristal.

Al mirarse
Se rompen.