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Quizá alguna vez fue así |
otra vez nos ponemos en pié. Dime la verdad, ¿te gusto?, ¿De veras me quieres ayudar? A veces te sientes morir en la oscuridad de una habitación maldita. Pero no es más que un disfraz. Retiras la cortina y ahí están las estrellas, haciendo mil diabluras para ti. Brillantes, como esa casa encantada que tanto buscas y yo sé dónde está. Los dejaron entrar, están por todas partes y nos torturan. Es un Holocausto disfrazado de ojos bonitos. Siempre los quise tener así, sin darme cuenta de que eso es lo más horrible de la humanidad. Y otra vez te digo ¿Quieres de verdad que ponga mi mano sobre la tuya? Como en aquel parque donde quisiste que por fin no nos vivieran. Donde hubiéramos podido decir lo que quisiéramos sin peligro a un castigo de brujas ¿de malos o de buenos? Es un secreto. Te pedí un beso y tu sonrisa se la llevaron los suspiros de una luna roja, como mis labios, como la marea cuando esos hombres salen a buscar víctimas que anhelan por sus malos sentimientos. Y yo ¿quién soy en realidad? ¿Y tú, quién eres? Me recuerdas a mi misma en algunos momentos y en otros a alguien no del todo tan travieso. No tengo ganas de jugar y mira que siempre lo he hecho. Perdí mi oportunidad, se escapó con bondad y dulzura a un lugar donde sí que nació alguien muy bueno. O, al menos, eso es lo que recuerdo, todo lo que puedo recordar pues mi pobre cabeza no quiere más que estrellarse contra un muro de cristal pero sin hacerse ningún mal. Solo un arrebato, solo un "ya no puedo más". Y si lloras, lo siento pero es que a todos les hago llorar.
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