sábado, 15 de abril de 2017

Hoy me despertaron los rayos del sol

En esta laberíntica soledad junto a abismos, mundos de príncipes y hadas, perros huérfanos a los que nadie quiso adoptar y se les pasó el arroz, funambulístas que hasta ya tiemblan y aún así siguen arriesgando su vida. En este lugar que de nombre maldito fue ayer y hoy quieren cambiarle de nombre cuando hace años que lo perdió, en este lugar bajo nuestras pisadas de lana y algodón crece mala hierba que nos apresuramos a arrancar y a esconder en un rincón. De vez en cuando alguna tímida flor, o un duende infiltrado ¿acaso también un actor? Ahora, aquí estoy yo. Laberíntica en mi laberinto donde por suerte (quizá la del trébol de cuatro hojas que encontré cuando recorrí el Camino de Santiago) Apóstol divino de mi devoción que me regaló tantas salidas como oportunidades. Se me ocurre como mi vecino puede no abrir nunca el buzón. "Siempre está lleno de malas noticias" dice él "ya, pero y si un día llega una buena". Con dar una patada a una piedrecilla veo mil sonrisas a mi alrededor. - La vida está ahí afuera- no quiero condolencias, ni pésames... cenizas de plata caerán al mar cuando la hora haya de llegar. Mientras tanto seré una aventurera pernoctando noche aquí, noche alla o pasando algún tiempo en un mismo lugar

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