jueves, 9 de abril de 2015

En algún momento, siempre.

Hace tiempo me preguntaron qué significaba para mi escribir y no supe qué decir. Ahora voy dándome cuenta aunque quizá no esté en lo cierto aún. Escribir es como un Dios que en su misericordia me castiga diciendo, a través de mis manos, lo que le viene en gana. Como un ímpetu de vientos que me azotan a altas horas de la madrugada rompiendo mis sueños justo en el punto más álgido y dándome otro que se empeña en ser el más acertado. Un primer amor que me pilló a tiempo y vamos celebrando aniversario tras aniversario. No te puedo dejar, tú a mi tampoco a pesar de que esto, a veces, me parece que es una relación tóxica.

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