lunes, 1 de septiembre de 2014

Un te quiero al revés. Un te quiero si le das la vuelta al silencio.

Es difícil deshacerse de ti si te respiro cada mañana cuando me quito el pijama y elijo algo para ti. Si te desayuno entre croassanes y tú dices un "¿Qué tal, cariño?" Que me los amarga. Luego, paseamos y no sé por qué, te cojo la mano, entrelazada como mis trenzas y dices "¡Qué bien te queda ese peinado!". Y yo suspiro y me entretengo haciendo un ramo. Después me pregunto por qué estás conmigo y qué hago yo a tu lado. En las noches, rehuso el sofá pero tú te acuestas a mi lado. Me doy la vuelta, cierro los ojos, imagino que estoy nadando en un lago. Agua que me hace renacer, distracciones que me hacen olvidar que lo que más deseo es besarte. Pero no, que no nos parta un rayo. Ni para ti, ni para mi, mejor es olvidar o volver sin nada a cambio. Y me doy la vuelta, cierro los ojos pero ya sé lo que me espera. Soñar contigo y despertarme feliz al saber que otra vez te respiraré mientras me quito el pijama y elijo ese vestido que te gusta tanto.
Sandwich de estrellas sin Luna llena

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