sábado, 19 de julio de 2014

Dedicado a una mayonesa no precisamente ligera

Cuando llegues a casa, mejor cómete una ensalada...
con mayonesa
Creo que soy como la mayonesa. Hay que comerme con cuidado porque si no me das lo que necesito, me pongo mala y tarde o temprano te acabaré apeteciendo y te contagiaré de tu descuido. Así que, ve con ojo si te gusta este tipo de aderezo, en ensalada o con palitos de cangrejo. Quizá con ella, halla que disimular. Entonces, con pan y mandamos lejos el peligro de esta traviesa, blanca como la luna pero con algo del infierno y ¿qué hacemos? Si es que, ser como la mayonesa es arriesgado, y no solo para mi sino para el que se acerque, aunque solo sea una sonrisa cómplice de lejos. Y sí, a mi, también me gusta. Barata o cara, todas tienen su encanto y no solo a dos metros. Creo que lo que debo hacer es mandar toda mi desgracia al diablo pero, te repito, ten cuidado pues si me dejas mucho tiempo al sol puedo ponerte malo.