miércoles, 7 de mayo de 2014

Enterrado y crecen flores

Qué voy a hacer. Qué sea lo que Dios quiera. Una bruja traviesa ¡ay! Si solo fuera eso. Pero es malvada, como los pelos tiesos de una gata en celo, como esa madre cuya hija sedució a su padre, sin que
Mis pies tocan un mundo de fantasía.
rer, como el sabor de una piruleta y de mayor la hicieron fea pero ella sacó fuerza y volvió a ser la que era. Bella, guapa y con la sonrisa de una diosa. ¡Ay, pobrecita! estornuda y todo son prisas. No te preocupes, eres la Luna y la brisa. Eres silencio cuando no se debe hablar y eco en un portal. Eres azúcar cuando hay que endulzar y vino cuando de pena ya no se puede más. Que sea lo que Dios quiera ¿verdad? Si es que quiere algo de mi o con sus silencios absurdos solo pretende destrozarme un poco más. Un poquito, hasta hacer mi corazón añicos y que no quede más que alas y mucha maldad. Pero no, no pienso, no quiero ir al lugar donde todo es fuego y entrega a cambio de dinero. No, esa no soy yo. No, gracias, pero no. Y qué le voy a hacer si el perro se me escapó y el gato no pudo más que vestir de negro. Si no quiero subir las persianas y ya tengo 30. Si hay gente que cuenta los días y al parecer ellos no cuentan. Si el color da igual pero no se puede vestir de blanco en los funerales, aunque ese sea el color de las alas de los ángeles. Y mi muñeca derrama una lágrimas y se queda quieta a un lado de la cama. Y yo, como una tonta, me pongo mala. De extrañar su sonrisa, esa con la que me sedujo cuando fui a la tienda.

Espero y voy caminando a tientas porque aunque "caigas en un pozo" siempre hay una respuesta.




"Donde estés un ángel canta. Y ojalá en mi corazón no pares pues ya estoy bastante anclada a un mundo donde nada es lo que parece, donde las flores no crecen y dejan la mala hierba abastecerse de la fuente"

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