sábado, 8 de septiembre de 2012

Rescaté un diario de la lluvia

Otra vez ellas. Ya están aquí. Me hacen sentir extraña, como avisándome, como relamiéndose ante el sufrimiento que me van a causar. Como la mosca que se frota las patas, como la mujer que se chupa los labios. Como chocolate. Fumo. Mis manos no funcionan. Me debilito, como si una enorme sanguijuela estuviera chupando todo el jugo de mi alma. Me dejan sedienta, hambrienta, desorientada. Están enfadadas porque no me he ido con ese chico. Con ese ángel negro que me ofrecía cerveza y dinero. Y me dicen "búscate un hombre" además de tararear canciones absurdas. Pero no quiero morir de amor. La amistad, los hijos, la familia también te dan la mano al caminar. Y estas lágrimas que no quieren brotar. No alcanzo a ver la luz a este lado del túnel.